Diferencias entre agua filtrada y osmotizada
¿Cuál es la mejor opción?
La salubridad del agua de España está garantizada en todos los territorios. No obstante, los diferentes tipos de dureza, sobre todo en las regiones costeras y en los dos archipiélagos, obliga a plantearse qué agua beber. De hecho, estas áreas en las que se registra una mayor dureza del agua, son también aquellas en las que hay un mayor consumo del producto embotellado. Pero no se trata de un problema de seguridad sino fundamentalmente de sabor: la concentración de cloro hace que sea un agua poco agradable para el paladar.
La controversia de la ósmosis: Sistema de filtración de Agua
El agua filtrada es aquella en la que, a través de un proceso físico, se consiguen eliminar aquellos elementos que flotan en la misma. Hablamos en cualquier caso de agua potable de gran calidad y salubridad demostrada, por tanto eliminamos partículas que simplemente molestan a la hora de saborearla.
Este proceso de filtrado ofrece una reducción sustancial de:
Metales como aluminio, plomo o cobre
Impurezas orgánicas (partículas de hasta 10 micras)
Cal
Cloro
La controversia de la ósmosis: Características del agua osmotizada
El agua osmotizada, en cambio, somete al agua del grifo a un proceso algo distinto. Su mayor número de filtros elimina cualquier cosa que contenga el agua, incluso aquellos minerales que necesitamos (oligoelementos). Los filtros de osmosis inversa además pueden necesitar del apoyo de una bomba de presión, ya que sin ella no pueden realizar su función.
Cuando hablamos de la controversia de la ósmosis, es decir, de ósmosis inversa debemos entender que hablamos de un sistema algo más complejo que el de los filtros de carbón activo, que requiere más mantenimiento, cuya instalación no es tan sencilla y, muy importante, que produce desperdicio de agua.
Así, uno de los inconvenientes de beber agua de ósmosis inversa es la eliminación de los minerales que el agua lleva de forma natural, minerales que nuestro organismo necesita para muchas de sus funciones.
LA ÓSMOSIS FOMENTA LA SEQUÍA POR EL GRAN DESPERDICIO DE AGUA QUE SUPONE.
